COLUMNA DIARIO SUR. Sábado, 25 julio 2015.
'Pecados Capitales' por Jacqueline Campos
Querer conocer la definición exacta de los
pecados capitales te lleva hasta las primeras enseñanzas del catolicismo y
cristianismo en las que clasificaban una serie de vicios de los que se desprendían
otros tantos. Una retahíla de significados con el objetivo de educar a los
fieles acerca de la moral cristiana. Además, los hay de diferentes categorías
considerados como veniales los de menor gravedad y como mortales los sumamente
graves, ya que rompen la vida de gracia y amenazan con la condenación eterna a
menos que la penitencia los perdone (sic). Sinceramente, desconocía o no
recordaba la importancia de los mismos pero lo que nunca había olvidado es que
eran siete y más revueltos que las siete novias para siete hermanos. Ordenados
como Dios manda son la lujuria, pereza, gula, ira, envidia, avaricia y vanidad.
Y
todo este sermón que he soltado me ha venido a la cabeza por el reality que se
ha estrenado el pasado miércoles en la televisión británica y que deleitará a
sus espectadores con los excesos de una veintena de ricachones en Marbella que llevan
en sus mochilas de marca todos los pecados capitales juntos. Lo de la telebasura
que se aleja de los principales objetivos de un
medio de comunicación como son la información, educación, cultural y
entretenimiento, sigue siendo un fenómeno social preocupante. Por una
parte y dentro de la pantalla están los excéntricos protagonistas que lo único
que tienen que hacer es gastarse una pasta gansa en lujuria, gula, vanidad y
avaricia y, por otra parte, tumbada en el sofá una audiencia que con la ira,
envidia y pereza completa la mencionada lista de pecados.
La elevadas audiencias, el volumen de publicidad
y, por consiguiente, el gran beneficio económico hace que las televisiones de
diversos países tengan en sus parrillas de programación este tipo de teleporquería
que se aleja del ocio en todas sus manifestaciones y, desde luego, de la
educación y la cultura. Tiene guasa que tengamos que aguantar a unos niñatos
decir que hay dos Marbellas, la de los ricos con sus clubs y discotecas y la de
los pobres, llena de bares de mala muerte. Habrá que acogerse a aquello de que no ofende quien
quiere sino quien puede. Pues en Ibiza bien que han podido porque sus
gobernantes no quieren ni por asomo que se muestre la imagen de un turismo de
borrachera y desmadre en su isla y están dispuestos a frenar la grabación de
estos programas en los que solo existe la juerga, los amores y las peleas de un
grupo de jóvenes que la cadena MTV intenta llevar a la pequeña pantalla.
Hay
que tener clase en esta vida para todo, hasta para pecar. El mismo día que se
estrenaba 'Life on Marbs', lo que parece que debe
significar ‘Vida en Marbe’, entre el cielo y la tierra de nuestra ciudad, los
más afortunados pudieron disfrutar de la lujuria que transmite uno de los
grandes de la música y el cantante más sexy del mundo. Un Lenny Kravitz que
debería tener todos los perdones de Dios.