Columna Diario SUR. Sábado, 25 de enero 2014
'El Toro por los Cuernos' por Jacqueline Campos
Las espectaculares imágenes del incendio del Hotel
Lodge de Sierra Nevada, uno de los más exclusivos de la estación de esquí, eran
realmente sobrecogedoras. En una mañana las llamas arrasaban el tercer
establecimiento hotelero que el grupo Marbella Club posee en Andalucía y a las
cenizas se le suma la terrible pérdida de una gran inversión y de puestos de
trabajo. Tan sólo unas horas después del terrible disgusto, la propiedad
anunciaba su deseo de reabrir el establecimiento al que se consideraba el más
lujoso de España en sus características, alma gemela de sus hermanos Marbella
Club y Puente Romano. A esto se le llama
profesionalidad y entereza en momentos de adversidad, sí señor.
Pues como se suele decir, éramos pocos y parió la abuela ya que el cierre
de este hotel en plena temporada de alta montaña significa un suma y sigue que
engrosa la temible lista negra del 45% de establecimientos turísticos cerrados en
el litoral andaluz desde la segunda quincena del mes de noviembre que junto a
la mitad de las plazas hoteleras sin abrir hace que el horizonte sea bastante
desolador. Qué metan mano ya a esos planes de choque bianuales anunciados desde la
Consejería de Turismo, porque la situación es muy preocupante aunque la quieran
vestir de seda esta semana en la famosa Feria Internacional de Turismo de
Madrid.
No puedo estar
más de acuerdo con unas declaraciones del consejero Rafael Rodríguez en las que
manifestaba que cuando cierran los establecimientos turísticos del litoral, hablamos
de empleo destruido, una actividad económica que no se genera, efectos
negativos para la restauración y la hostelería y, por consiguiente, para la
actividad económica de los municipios. Factores que, evidentemente, afectan de
manera muy directa a nuestra ciudad como motor del turismo en Andalucía y que
puede tener todas las papeletas para perder competitividad como destino.
Se solicita el
apoyo de patronatos de turismo, sindicatos y ayuntamientos para poner en funcionamiento
estrategias que minimicen esta lacra, a la que podemos calificar de verdadero
cáncer. Se demanda un esfuerzo colectivo con el objeto de dar facilidades a los
empresarios para que abran los hoteles del litoral durante el invierno y poner
remedio para hacer girar 180 grados la clásica curva de estacionalidad. Pero al
mismo tiempo, los empresarios y profesionales del sector que también saquen
conclusiones de dónde radica el problema. Entiendo que, por ejemplo, en
Baleares el clima existente entre los meses de octubre y abril no atraiga a los
turistas y, por consiguiente, dificulte el mantenimiento de las plazas
hoteleras. Pero ¿en Marbella y la Costa del Sol?
¿Como puede ser
que hagamos gala del mejor clima del mundo y tengamos semejante papeleta? O nos
hemos quedado obsoletos en el modelo de gestión turística o nos miramos
excesivamente el ombligo o el trabajo de los que tienen asignada dicha
responsabilidad empresarial no sigue las pautas debidas. Golf, salud,
gastronomía, cultura, bajada o subida de precios e impuestos son algunas opciones
y propuestas de las que mucho se habla y poco se ahonda. Ya es hora de coger el
toro por los cuernos y que todos nos dejemos de excusas.