'La Costa Tiene Un Color Especial' por Jacqueline Campos
Al compás y en el marco de un innegable cambio de tendencia en la situación económica general de nuestro país, parece que la Costa del Sol emerge de nuevo con fuerza, aunque desafortunadamente todavía no ha llegado al ciudadano de a pié de manera palpable. Nuestra costa despliega una potente atracción para inversores extranjeros de todas las partes del mundo, lo que sin duda permite augurar un futuro prometedor si las cosas no se tuercen en este complicado mundo que nos ha tocado vivir en estos agitados tiempos. Sin duda alguna, esta Costa del Sol nuestra con indiscutible capitalidad en Marbella, tiene algo especial que está propiciando que inversores del mundo entero estén poniendo sus ojos en ella.
Está claro que hay una percepción distinta a nivel internacional de España en general y en unos años hemos pasado de tener una imagen de un país casi desahuciado y dejado de la mano de Dios, a ser considerada una de las zonas con mayor potencial de inversión. Es cierto, y no se puede negar, que la primera ola de inversión ha venido al olor de las gangas y con el batallón de fondos buitres y muchos nuevos guiris pidiendo rebajas de las rebajas de las hipotecas. Eso es indudable. Pero también es cierto que la calidad de los inversores que están llegando a nuestro país va mejorando, que sus objetivos se van ampliando y que ya no son solo las carteras de inmuebles de los bancos, buenos y malos, los objetivos pretendidos por los inversores.
En la actualidad, estos inversores llegan directamente a los promotores que han conseguido mantenerse medio vivos tras esta larga crisis y se analizan las posibilidades de que éstos se hagan con promociones o incluso con suelo para desarrollar. Mención aparte merece la ola de inversión extranjera en establecimientos hoteleros de la Costa del Sol porque, tanto fondos de inversión como grupos inversores de distintos países, se han hecho con varios hoteles emblemáticos o históricos y prometen importantes mejoras de sus instalaciones. Como ya publicó este periódico, las inversiones procedentes de Rusia no se limitan a adquisiciones de inmuebles, especialmente viviendas, sino que nos consta el interés de importantes grupos hoteleros rusos de hacerse con establecimientos en la zona, lo cual es realmente importante. Lástima que las tensiones por la crisis de Ucrania hayan podido enfriar las buenas relaciones entre Rusia y España.
Algo tiene la Costa del Sol. Si Sevilla tiene un color especial, nosotros tenemos una sociedad multicolor, diversa, cosmopolita, abierta a todo tipo de culturas, que acoge a todo el que viene a vivir o trabajar y una oferta de ocio y de buena vida, que nos hace un lugar único. Y eso también genera inversiones, atrae emprendedores y moviliza capitales. Ahora lo que hace falta es lo de siempre, que las administraciones públicas, que los políticos y los que dependen de ellos no lo estropeen. Que en los ayuntamientos se pongan las pilas, que las licencias de obra se otorguen de manera rápida, que los trámites urbanísticos no se eternicen como ocurre hoy día. Que la Junta de Andalucía también actúe diligentemente en todos los trámites que afectan a los procedimientos urbanísticos, de licencias de comercio, de puertos deportivos y que apoye decididamente la inversión, dando un trato adecuado y agradecido a los que vienen a traernos sus capitales para que nuestra sociedad progrese. Y que el Estado no imponga condiciones fiscales tan severas a quienes invierten y quieren residir en nuestro país.
