De Transparencia, Fatal


Columna Diario SUR. Sábado, 14 de diciembre 2013

'De Transparencia, Fatal' por Jacqueline Campos


Como sabrán ustedes, aunque mejor no saberlo, la organización Transparency International acaba de hacer púbico los resultados del  Índice de Percepción de la Corrupción 2013. Se trata de un reconocido estudio que la mencionada organización lleva a cabo cada año sobre la corrupción en el mundo que constata el abuso de poder, los acuerdos clandestinos y el soborno en los países estudiados y, de verdad, que me entra una especial sensación. Mejor dicho, un sentimiento basado en una mezcla de tristeza e indignación, en primer lugar, por ver que este fenómeno tan deplorable siga extendiéndose en el mundo. Pero sobre todo, comprobar que este año nuestro país está visto como más corrupto que en la edición del 2012, al encontrarnos en el puesto número 40. Vaya guantá pero con mano!


La lista de los 177 países estudiados y pasados por esta unidad de radiología, especializada en malas hierbas, empieza con los más limpios que son Nueva Zelanda, Finlandia, Suecia y Noruega y termina con los más corruptos,  Somalia, Corea del Norte, Afganistán y Sudán. Como les decía, me embarga una gran tristeza al ver que España ha bajado al número 40 de la dichosa lista y de observar a países como Uruguay, Irlanda, Barbados, Chile, Emiratos Árabes Unidos, Estonia, Qatar, Botswana, Bhutan, Irlanda, Chipre o Polonia, por poner solo unos cuantos, que están por delante de nosotros en términos de limpieza y transparencia. Y lo que es peor, que hemos retrocedido en algo tan fundamental para la existencia de democracia real como es la transparencia.


 Esta sensación de insatisfacción con uno mismo se agrava mucho más con el hecho de que los niveles de transparencia y de ausencia de la corrupción, o al menos menor incidencia, va unido a otros principios fundamentales para el ciudadano. Me refiero a la eficacia de los sistemas administrativos y de los servicios públicos que el ciudadano percibe. Raramente, administraciones o simplemente organizaciones infectadas por el maligno virus de la corrupción y de la falta de transparencia, suelen disponer de eficacia en el servicio a los ciudadanos. Y con poca frecuencia, también, la corrupción se asocia a situaciones de igualdad en el ejercicio de los derechos y de auténtica democracia. Por este motivo, la lista de Transparency Internacional se puede leer en términos de corrupción y falta de transparencia y también en otro sentido, que países con sistemas democráticos, alto nivel social y de derechos individuales y colectivos sean precisamente los que menos corrupción padecen.


Sólo queda que sigamos confiando en nuestra lenta y segura justicia para que el próximo año nos acerquemos a las frías y ejemplares Finlandia, Suecia o Noruega. Que sentencias ejemplares, como la que recientemente ha dictado el Tribunal Supremo en el famoso ‘caso Minutas’ y que todos conocemos, se vayan multiplicando. Por cierto, el mea culpa que el famoso presidente futbolero envió a sus socios del Sevilla, quizás debería haberlo entonado hacia Marbella donde, al fin y al cabo, hemos sufrido las consecuencias de su injusto enriquecimiento a cargo de nuestros impuestos.

Circuito Cultural


Columna Diario SUR. Sábado, 7 de diciembre 2013

'Circuito Cultural' por Jacqueline Campos


Que la ciudad de Málaga ha experimentado espectaculares cambios en estos últimos años, nadie tiene la menor duda. Unos cambios que han favorecido de manera considerable la oferta cultural de la capital de la Costa del Sol y que se debe, fundamentalmente, a la ansiada apertura del Museo Picasso de Málaga, al Centro de Arte Contemporáneo, conocido como CAC, Museo Thyssen Málaga, uno de los más importantes del país y al Museo Revello de Toro, una pinacoteca situada en el centro histórico de la ciudad donde se expone permanentemente más de cien obras cedidas por el afamado retratista y pintor figurativo malagueño a su ciudad natal. Son cuatro espacios culturales de los casi treinta existentes que convierten a Málaga en una de las ciudades con mayor densidad de museos en su centro histórico.


Y a este amplísimo abanico de arte, se sumará Le Centre Pompidou à Málaga, una subsede del famoso Beaubourg de París, templo por excelencia del arte moderno en el mundo. Será en el 2015 cuando por primera vez tenga presencia física fuera de Francia para estar en El Cubo, un espacio ubicado en el Puerto de Málaga, después de haber recibido múltiples ofertas desde varios continentes. Estamos hablando de cinco millones de euros de inversión que le darán un carácter muy importante al proyecto y que posicionará a la ciudad a un nivel de liderazgo difícilmente superable por otra ciudad andaluza y, hasta me atrevería a decir, española. Por cierto, Le Centre Pompidou à Málaga ocupará 6.000 metros cuadrados, albergará 70 obras por un tiempo inicial de cinco años y anualmente celebrará una muestra temporal. Casi nada.

Si repasamos los datos, nos encontramos con que Málaga fue visitada el año pasado por  nueve millones de personas y, desde luego, con tanto visitante era imprescindible disponer de una oferta cultural en la ciudad como Dios manda, para satisfacer a todo tipo de personas, gustos y edades. Y de verdad que debemos decir ‘chapeau’ por la excelente visión que, desde hace ya unos años, han tenido los dirigentes de esta ciudad moderna y dinámica. Porque su nombre se escribirá en mayúsculas, un nombre que han sabido hacer dentro de los circuitos culturales de nuestro país y que afortunadamente se encuentra a 47,71 Km. de Marbella. Escasa distancia que los turistas pueden recorrer en poco más de media hora para visitar un Casco Histórico singular y cuidado, a veces poco conocido, y un Puerto Banús que tanto atrae por su gran exclusividad.


Y digo yo, qué es lo que debemos hacer para que parte de esos millones de visitantes que recalan en Málaga lleguen a Marbella. Porque claro, aquí si que no hay excusa alguna de diferencias entre administraciones y, aún así, no es la primera vez que me presentan un video promocional de la Costa del Sol  donde de Marbella no veo ni una triste calle. No sé, quizá también nosotros tengamos alguna responsabilidad porque a veces nos creemos el ombligo del mundo y en algunos casos nos resulta difícil reconocer que. especialmente en el invierno, nos vendría muy bien que Marbella y en general la Costa del Sol, también fuera referenciada por la nota de estar muy cerca de una opción cultural de primerísimo nivel y de la que, sin duda alguna, saldríamos todos beneficiados.

Marbella desde las Alturas


Columna Diario SUR. Sábado, 30 de noviembre 2013

'Marbella desde las Alturas' por Jacqueline Campos


Me imagino disfrutando del panorama 360 de Marbella y todos sus alrededores desde la terraza de un ático a 150 metros sobre la altura del mar y pienso que debe haber pocas cosas tan placenteras. Y ya si hablamos de un amanecer o puesta de sol con esa variedad de colores rojos y azulados, de los que podemos gozar incluso a ras de tierra, puede ser algo realmente indescriptible. Seguramente muchos de ustedes dirán, esta mujer se quiere montar en globo y allá ella con el peligro, recordando aquellos españoles que sufrieron el accidente de globo en la Anatolia turca. Pero no amigos, quizás dentro de unos años no sea necesario llegar a la aventura del globo para que se pueda tener esa experiencia ya que el Ayuntamiento aprobó ayer una normativa histórica para esta ciudad, aunque hay que decir que no es ninguna novedad en el urbanismo nacional. Sin llegar a las famosas torres de Madrid, Barcelona o Bilbao, la realidad es que son muchas las ciudades que están haciendo uso de esta alternativa y han iniciado ya los trámites correspondientes para autorizar edificios de una altura muy superior a lo que es la habitual, es decir, lo que conocemos como torres.




La aprobación inicial de la modificación de elementos del Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) de Marbella, que ayer aprobó nuestro Consistorio es, a mi juicio, una buena iniciativa y no sólo porque sigue la tendencia que está en boga en el urbanismo nacional sino porque es algo realmente necesario para el desarrollo de nuestro municipio. Digo esto, porque las características territoriales de Marbella la hacen realmente especial y distinta puesto que tenemos un territorio largo y estrecho que corre junto a 28 kilómetros de costa que, en su mayor medida, está ya agotado. Salvo unas cuantas e importantes manchas a las que el propio PGOU y el Plan Territorial de la Costa del Sol (POT Costa del Sol Occidental) tienen asignadas funciones singulares, como es el caso del área destinada al nuevo palacio de congresos. Esto quiere decir que las posibilidades de crecimiento son realmente limitadas y, mucho más, teniendo en cuenta el modelo de ciudad inteligente y agradable que la mayor parte de los ciudadanos queremos, con zonas verdes en abundancias y  espacios públicos amplios. 


El modelo de ciudad extensiva implantada con urbanizaciones de casas unifamiliares o pueblos mediterráneos que ha caracterizado las últimas décadas de nuestro desarrollo urbano ha dado sus frutos y creo que muy positivos para Marbella. A pesar de la dificultad para hacer llegar a todas partes los servicios públicos y para tener los viales y demás infraestructuras de servicio a los ciudadanos, en condiciones de mantenimiento adecuadas. Pero entiendo que si ya no está agotado queda poco para poder decir esto, a tenor de los espacios que quedan y teniendo en cuenta la imposición del POT Costa del Sol de no intervenir urbanísticamente en la zona situada a la derecha de la autopista. La iniciativa municipal me parece una apuesta por la modernidad que nos debe llevar a una corrección inteligente y equilibrada del modelo tradicional de ordenación de nuestro territorio antes comentado, que aumentará las zonas verdes y que permitirá que la ciudad pueda seguir manteniendo un crecimiento sostenible pero continuo.


Sin embargo, hay algo que me parece fundamental y necesario para continuar, aunque sea incidiendo en este aspecto de alturas, en la excelencia que siempre ha caracterizado a Marbella. La cuestión es que no se debería tratar de autorizar determinado régimen que permita la altura máxima aprobada, sino de edificios singulares. Ahora lo que necesitamos son obras de arte, no torres al estilo de los años 70, y para ello precisamos de arquitectos que sean también de altura, figuras insignes que también nos den fama en este aspecto y que sean capaces de crear edificios que constituyan nuevos atractivos para la ciudad. Que reduzcan los impactos visuales que lógicamente conllevan para que, en lugar de provocar este efecto, provoquen un oh! de admiración cuando se vea por primera vez y que aparezcan como una auténtica belleza arquitectónica que otorgue atractivo al contraste con las edificaciones tradicionales.