'Servicios Públicos'

Columna Diario SUR. Sábado, 20 de septiembre 2014

'Servicios Públicos' por Jacqueline Campos



A partir del mes de octubre es mejor que uno se lo piense dos veces antes de caer enfermo y sino que vaya preparando la cartera para costearse el manido parking del inacabado hospital Costa del Sol. Como ya dije en su momento, cada vez que alguien tenga que acudir a él un día, y ya no hablamos en caso de un ingreso, el desembolso que va a tener que hacer le llevará a pensar que la sanidad pública sale más cara que la privada. Estamos hablando de una de las infraestructuras básicas de Marbella y municipios colindantes, uno de los estandartes y referentes del sistema de bienestar social que hasta hace bien poco sus alrededores parecían la boca del lobo debido a la falta de luz durante la noche provocado por confrontaciones institucionales. Y ahora, un parking que nadie se va a librar de tener que pagar y encima caro no, carísimo.


Me parece muy bien que los vecinos de Marbella tengan un descuento del 40% en la tarifa del estacionamiento gracias al acuerdo entre la empresa concesionaria y el ayuntamiento por la cesión de terrenos, pero aún así no es de extrañar que algunos califiquen esta rebaja de fraudulenta. Y ya no hablo de los calificativos que pasarán por la cabeza de los vecinos de Estepona, Manilva, Benahavís, Casares, Ojén, Monda, Istán, Fuengirola y de muchos municipios que se verán en la obligación de pagar un ticket abusivo por pura necesidad para acudir a un centro que atiende a más 400.000 personas, en el que trabajan cerca de 2.000 profesionales y que tiene por consigna acercar una asistencia de calidad a la ciudadanía.


 Servicios públicos en general que las altas esferas deberían cuidar algo más y no caer en la contradicción. Sin ir más lejos, la Policía Nacional dispone de un servicio para realizar denuncias a través de internet. Hasta aquí muy bien, incluso cuando uno está en dicho proceso siente que verdaderamente la sociedad se encuentra inmersa en plena evolución del sistema. Es más, al finalizar la operación aparece un mensaje muy amable que con presentar el citado certificado en tu comisaría, no hay que guardar cola de espera, solo firmar y punto. El chasco te lo llevas cuando llegas con tu papelito y te sientan en una sala de espera que pide a gritos una mano de pintura y un cambio de puertas urgente. Porque en una hora de media sentado te da tiempo a fijarte en todo. Cuando por fin te llega el turno, un agente muy atento te indica que la operación por internet no vale ya que, por lo general, no se admite el lenguaje expresado, por muy correcto que haya sido. Así que vuelta a empezar.



Eso sí, los ladrones bien que están al nivel tecnológico actual y ya utilizan hasta lectores para poder acceder fácilmente a la apertura de las puertas de los automóviles aparcados en pleno centro de la ciudad y apropiarse, a sus anchas, de todo lo que encuentran. Menos mal que la delincuencia había disminuido considerablemente en lo que va de año y que nos estaban prestando una atención prioritaria a las cuestiones relacionadas con la seguridad por ser la joya de la corona mundial. Ay, dios mío que bien hacen las estadísticas cuando da comienzo la cuenta atrás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario