COLUMNA DIARIO SUR. Sábado, 30 mayo 2015.
'Jaula de Grillos' por Jacqueline Campos
Van pasando los días desde el pasado domingo y quedan
menos para el 13 de junio, fecha en la que tienen que definirse ya las posturas
de todos los partidos cara a la designación de quienes van a asumir la
responsabilidad de conducir las ciudades de nuestro país durante los próximos
cuatro años. Aunque es evidente la importancia del papel institucional y
competencial de las Comunidades Autónomas, al final los ayuntamientos son las
instituciones que más cercanas están a los ciudadanos y con las que convivimos
de forma directa y personal en el día a día de nuestros problemas y hacia los
que miramos con nuestras protestas.
Las obligaciones legales que pesan sobre los ayuntamientos
son muchas pero todavía son más las que los ciudadanos demandamos de ellos
pensando que, al tenerlos cerca, son realmente el propio Estado. Y en algunos
casos los propios alcaldes y ediles, en busca de los votos, llevan a cabo
todavía más actividades incluso no obligatorias para los municipios. Hoy en día
no es una labor fácil la de conducir los consistorios municipales y, mucho
menos, hacerlo a gusto de todos. Sobre todo, teniendo en cuenta la diversidad
de necesidades, demandas, inquietudes e ideas en general que tiene la
ciudadanía.
Así que a todos aquellos a los que las combinaciones,
pactos, acuerdos y demás complicaciones que se vienen encima en los próximas
días, les otorguen puestos de responsabilidad en la gestión de sus municipios, debemos
desearles mucha suerte sean del signo político que sean, porque realmente la
van a necesitar. Pero si que nos gustaría también hacer ver a estos responsables
que lo que los ciudadanos quieren, sobre todo, es una buena gestión de los
ayuntamientos y empresas municipales. Que los ingresos que, a duras penas y con
mucho esfuerzo, aportamos los ciudadanos a las arcas municipales sean
administrados adecuadamente, mirando por el dinero como si fuera propio, no
apropiándoselo claro está, con profesionalidad, objetividad y transparencia.
Pienso, por el contrario, que los ciudadanos no
quieren que los ayuntamientos se conviertan en pequeños Parlamentos donde se
planteen grandes problemas políticos e ideológicos, porque para eso ya tenemos
los Parlamentos autonómicos, el Congreso y el Senado. Naturalmente, sin
perjuicio del modelo de ciudad y de relación entre los ciudadanos y el municipio.
Los ciudadanos no quieren tampoco que los ayuntamientos se conviertan en una
jaula de grillos donde sus representantes estén en continúa confrontación y que
dediquen a las peleas entre ellos el tiempo y la energía que deben destinar a
la gestión y solución de los muchos problemas que existen en el propio ámbito
de las obligaciones básicas.
Creo que los ciudadanos demandan que se gaste lo que
realmente se pueda gastar conforme a los ingresos que se obtienen, que se
mantenga la plantilla de funcionarios y empleados pero que no se incremente
salvo que sea estrictamente necesario, que no haya enchufismo y que los cargos
de confianza sean los estrictamente necesarios, si es que realmente lo son, y
que sus retribuciones sean acordes con la media, su experiencia y
cualificación. Una buena gestión económica es algo fundamental y que no se
sobrepasen los límites legales y razonables de endeudamiento.
Y, por último, incidir que los municipios de la Costa
del Sol dependen en gran medida del turismo y de la inversión extranjera. Dar
una imagen de estabilidad y seguridad para quienes vienen a invertir con las
lógicas pretensiones de obtener rendimientos de su inversión, es fundamental
para el despegue económico.
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