Columna Diario SUR. Sábado, 12 de octubre 2013
'Día de la Hispanidad' por Jacqueline Campos
Hoy Día de
la Hispanidad, efeméride histórica del Descubrimiento de América por parte de
España, nacimiento del Imperio Español y Día de la Fiesta Nacional, parece que
lo que tocaría sería sacar a los balcones la bandera española y que por
nuestras calles y avenidas se respiraran sentimientos de unidad, es decir, de
hacer patria. Ni más ni menos como ocurre en Estados Unidos, Francia, Italia,
Alemania, Gran Bretaña y más. Sin embargo, hay pocas cosas que nos unen a los
españoles porque ni la bandera ni ningún otro símbolo cumplen en esta jornada
la mencionada finalidad. Tampoco existen hoy día instituciones que respondan a
un consenso generalizado en cuanto a imagen ante la sociedad, más allá de la
propia Corona que, lamentablemente, también está cuestionada por algunos. Desde
luego nuestros gobernantes, por unas u otras razones, dan la impresión que
tuvieran especial interés en reducir los aspectos que sirven de unión entre los
españoles, para insistir en aspectos de confrontación en la mayor parte de los
casos.
Por tanto,
no nos puede extrañar que la fuerza y la atracción de la Marca España vaya
reduciéndose progresivamente en el escenario internacional si en casa, que es precisamente
donde deberíamos darle mayor valor, ni siquiera seamos capaces de ponernos de
acuerdo en los colores y formas que identifican el principal signo que
traducimos en nuestra bandera. A pesar de que la gran mayoría de los ciudadanos
creíamos que el pacto de la Constitución de 1978 incluía el consenso y el
olvido definitivo de las rencillas que en épocas anteriores nos llevaron a lo
que todos sabemos, la realidad actual nos hace dudar sobre si existe una idea
común de España.
Justamente,
Marbella es un lugar muy apropiado para comprobar como ciudadanos de diversas
nacionalidades celebran con orgullo el día de su país. Hasta tal punto que
incluso los que aquí residen salen a la calle y organizan manifestaciones de
distinto tipo, fundamentalmente centradas en sus tradiciones y costumbres. Y
esto, lo que demuestra es el apego que tienen a los símbolos distintivos y al
propio país del que provienen. Es uno de los grandes valores que distingue a Marbella
por su internacionalidad y carácter multicultural. Realmente, será difícil
encontrar muchas ciudades en el mundo donde convivan cerca de ciento cincuenta
nacionalidades como es nuestro caso.
Para dar a
esto un toque lúdico ya que hoy es fiesta y que ayer se celebraba el Día
Mundial del Huevo, una fecha señalada por la Comisión Internacional de Huevos
en el año 1996, podríamos plantearnos exportar al resto de España nuestro
modelo de convivencia y respeto a la diversidad en los aspectos sociales, culturales,
étnicos y religiosos. Vamos, y si no quieren seguir nuestro modelo no tendremos
más remedio que declarar unilateralmente la independencia del Cantón y
República de la Costa del Sol con capitalidad, naturalmente, en Marbella y de
esta forma ofrecer nosotros también la doble nacionalidad y el visado de oro
que tan insistentemente venimos pidiendo. Para eso siempre se ha dicho aquello
de ‘el huevo antes que el fuero’.
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