'La Vuelta' por Jacqueline Campos
La gran noticia del verano, sin
duda alguna, es la salida de la primera etapa de la Vuelta Ciclista a España
desde Puerto Banús. Y es que siendo importante la repercusión económica de este
gran espectáculo deportivo, que parece supera los dos millones de euros, lo que
realmente tiene trascendencia es la impresionante operación de comunicación que
la Vuelta a España trae consigo. La extraordinaria proyección nacional e internacional
que tiene hoy día el ciclismo profesional de alta competición, ahora que
parecen superados los convulsos procesos legales contra el dopaje, ha traído a
Marbella cientos de profesionales y medios de comunicación, incluyendo radios y
televisiones tanto europeas como americanas. No sé exactamente a quien hay que
felicitar por este innegable logro para Marbella, aunque es de suponer que
serán varias las instituciones y empresas a las que atribuir el agradecimiento.
Pero vaya desde aquí nuestra felicitación para todos por esta inmensa promoción.
Estamos viviendo un verano y
especialmente un mes de agosto que, además de los intensos calores
meteorológicos, nos ha traído el calor humano que da la multitud. Porque más
que muchos turistas lo que hemos tenido es eso, multitud. Y esto nos lleva a
plantearnos, si realmente Marbella tiene capacidad suficiente para acoger
adecuadamente a tantas personas sin correr riesgos de que se deteriore
seriamente su imagen. A veces no hacemos mucho caso cuando los expertos
turísticos nos hablan de la capacidad de carga de los territorios como uno de
los elementos que hay que valorar para definir el modelo turístico que se
quiere desarrollar en una zona, pero también hasta donde puede soportar un
destino turístico sin romperse.
En este sentido, hay que considerar
tanto las propias infraestructuras turísticas como las generales y en qué
medida son suficientes para que el que venga pueda disfrutar de una experiencia
que le provoque el deseo de repetir y no la decisión de olvidar para siempre
ese destino que se le vendió. Es imprescindible no correr el riesgo de que el
turista que se marche lo haga con la imagen de una ciudad no apta para
disfrutar sino para sufrir colas, atascos peores que en su ciudad, malos tratos
en el servicio y toda una serie de inconvenientes que pueden hacer que no se
vuelva nunca a algunos lugares o establecimientos.
Y como siempre, cuando hay mucha
gente también vienen los amigos de lo ajeno. La seguridad es algo esencial en
el turismo, es verdad que ahora nuestro país es un destino deseado por la
ausencia de conflictos que lastran hoy día otros muchos destinos mediterráneos.
Pero hay que reconocer que se han incrementado notablemente los robos o, al
menos, el número de los que son llamativos y esto genera una sensación de
inseguridad que es muy mala para el turismo. El reciente, y por otro lado
increíble, robo de la caja fuerte de una habitación del Hotel Meliá La Quinta
junto a noticias de conocidos que han sufrido robos con o sin violencia en sus
domicilios particulares, son noticias realmente preocupantes. Esperemos que se
pongan las pilas en este aspecto los responsables locales y nacionales con la
urgencia que el caso requiere.
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