Columna Diario SUR. Sábado, 7 de febrero 2015
'Inteligencia Urbana' por Jacqueline Campos
La celebración durante este mes de febrero del congreso
Marbella Smart Living sobre las llamadas ciudades inteligentes o ‘smart cities’
es muy buena noticia. Hablamos de una sexta edición gestionada por los
responsables municipales en este área e imaginamos que no será nada fácil traer
una convención de tal importancia a esta plaza ya que hay siempre multitud de
ciudades compitiendo para atraer a sus palacios de congresos u hoteles este
tipo de reuniones que traen a cientos de asistentes. Sobre todo en este gélido
y aburrido mes de febrero, epicentro de la triste estacionalidad invernal que
sigue azotando, por más que se hagan planes de choque. Así que se consiga
captar más de mil personas a nuestros establecimientos hoteleros y que hagan
gasto en la ciudad, es simple y llanamente para dar un gran aplauso.
Se trata de un congreso especialmente cualificado ya que
al recibir a tantos especialistas y gestores de la inteligencia urbana y de las
nuevas tecnologías aplicadas al territorio y a las instalaciones de las
ciudades modernas, se está haciendo una apuesta por la modernidad. Una
innovación tecnológica que otorga a quienes la llevan a cabo, indudables
ventajas competitivas y que les permiten incorporar o incrementar el valor
añadido de sus productos y de sus servicios. Muchos nos preguntamos para qué
sirven las ‘smart cities’, qué nos van a aportar y cuál va a ser nuestro papel
como ciudadano. El modelo de ciudad inteligente, capaz de entender en cada
momento qué se precisa hará que destaquemos de los demás y con más atractivos
que quienes compiten con nosotros, porque ir por delante de los demás tiene una
importancia trascendental.
Aplicar esta estrategia competitiva e innovadora a una
ciudad como Marbella que tiene planteados grandes retos y a pesar de su
reducida dimensión comparada con ciudades avanzadas en la revolución
tecnológica en la que estamos inmersos hoy día, es una buena decisión que debe
estar por encima de cuestiones ideológicas y partidistas. Confiemos en que este
congreso, además de alegrar la economía de hoteles, restaurantes y otros
servicios durante el mes de febrero, nos permita ponernos al día en la
aplicación de las nuevas tecnologías en el ámbito de la organización urbana. Esperemos
que en el futuro seamos capaces de aplicarlas en todos los aspectos necesarios
y, de manera especial, en los servicios turísticos y de oferta complementaria.
No cabe duda que la tecnología está proporcionando nuevas
formas de trabajo que desembocan en un gobierno más abierto y transparente aportando
análisis de datos y cómo reaccionar a ellos. Tan solo una cuestión al respecto,
en esta nueva apuesta por conseguir una sociedad mejor para vivir es necesario que
se permita a los ciudadanos interactuar, colaborar y desarrollar iniciativas.
Es decir, que no caiga en el olvido la participación ciudadana a la hora de
diseñar una urbe y que se trace con una óptica compartida entre habitantes,
organizaciones públicas y privadas para conocer lo que de verdad hace falta y
no lo que creen que es necesario.
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