'Una Maquinaria Implacable'


Columna Diario SUR. Sábado, 15 de marzo 2014

'Una Maquinaria Implacable' por Jacqueline Campos




Hemos sabido que funcionarios de Recaudación de la Agencia Tributaria del Ministerio de Hacienda han forzado numerosas cajas fuertes de algunas entidades bancarias que pertenecían a contribuyentes en situación de deuda tributaria. Por otro lado, son miles los embargos que los distintos organismos recaudatorios de las Administraciones Públicas, ya sean del Estado, de las comunidades autónomas, de las provincias o municipios, llevan a cabo diariamente sobre los bienes y derechos de los ciudadanos. Personas que por distintas causas no han querido o no han podido hacer frente a sus obligaciones de pago puntual de los impuestos. Otro tanto puede decirse de la administración de la Seguridad Social que como se pase usted un solo día en el pago de las cuotas, le impone un recargo inmediato del veinte por cien e inicia el procedimiento de apremio que igualmente da lugar a actuaciones de embargo.

Por otra parte, son miles las empresas que se han visto abocadas en los últimos años a tener que presentar concurso de acreedores, vamos la quiebra de toda la vida, precisamente por los embargos de Hacienda o de la Seguridad Social. Pero por favor, no es que esté en contra de que se paguen los impuestos, líbreme Dios, aunque solo sea por la razón egoísta de que ya que tengo un miedo irresistible a todo lo oficial y pago puntualmente todos mis impuestos, que los demás también acoquinen. Lo que sin duda me llama poderosamente la atención es cómo en los últimos años los organismos públicos con capacidad recaudatoria, que por cierto son unos cuántos, se han venido dotando de una maquinaria impresionante, con unos mecanismos de actuación inflexibles que caen sobre el ciudadano de manera implacable con una eficacia que solo estos organismos demuestran realmente. Además, están dotados de personal y medios a unos niveles incomparablemente mejores que los de cualquier otra administración. 

Una apisonadora llevada a cotas casi insuperables con la aplicación de las nuevas tecnologías que permiten alcanzar unos controles que ni el recaudador más empedernido pudo soñar jamás en la historia de la humanidad. Y sigo insistiendo que esta cuestión tampoco podría ser objeto de crítica por el ciudadano. Pero atención, señores del gobierno central, autonómico, provincial y municipal, lo que sí podemos criticar y denunciamos es que no se apliquen los mismos parámetros de eficacia en la recaudación como en el gasto público. De modo que a la hora de usar el dinero de los ciudadanos también debería existir una maquinaria implacable e inexorable que pesara sobre las autoridades con capacidad de producir y gestionar gastos, de forma que no solo se asegurara la legalidad estricta del gasto público, que esto se da por supuesto, sino también su idoneidad y eficacia. Quiere decir, lo que habitualmente siempre hemos entendido como la misma vara de medir para todos, ya sea cobrando o gastando.

En esta línea, no estaría de más que todos los Organismos y Administraciones Públicas empezando por los más cercanos, ayuntamientos, mancomunidades y diputaciones provinciales, mostraran en sus páginas web el importe que cada responsable haya gastado cada año en viajes y dietas. Y porqué no, la relación de todos los contratados por libre designación o situaciones administrativas similares incluyendo todas sus remuneraciones. En resumen, más transparencia, más control y más eficacia del gasto público. Quizás así se nos haga más llevadero el calvario al que nos somete la Hacienda Pública.

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